Baños árabes
Sumérgete en la historia
Un placer para los sentidos
A través del cual te puedes sumergir en una tradición con muchos años de historia. Relájate, desconecta y explora nuevas sensaciones a través de la magia del agua y entre unos muros que evocan otra época lejana y sugerente.
Reserva tu momento de relax: masajes para disfrutar
En Medina Mudéjar Baños Árabes podréis disfrutar de masajes exfoliantes con guante de crin y jabón negro y masajes relajantes y descontracturantes con aceites esenciales.
El circuito por los Baños incluye 3 salas de agua
El contraste de temperatura de las tres piscinas activa la circulación y relaja la musculatura proporcionando una agradable sensación de bienestar.
Tepidarium
Piscina templada aprox. a 35º
Caldarium
Piscina caliente aprox. a 38º
Frigidarium
Piscina de agua fría aprox. a 17º
Acceso al Baño Turco
Duración máxima recomendada | 10 minutos |
Temperatura | 40ºC |
Humedad | 100% |
Aunque sus beneficios son similares a la sauna, la Terma
o Baño Turco suministra calor húmedo gracias al vapor
del agua. Su temperatura suele ser bastante inferior a la sauna seca y es de 40 grados centígrados. La humedad dentro del baño turco es del 100%.
De este modo, el calor se genera al calentar el agua, que al evaporarse en la sala crea una neblina capaz de acumular el calor y obliga al organismo a refrigerar el cuerpo.
Patio de Descanso
Y para terminar, una pausa en el patio de descanso donde podréis degustar un delicioso y revitalizante Té moruno con pastas artesanas del convento contemplando la belleza de su arquitectura.
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¿Qué es un Baño Árabe?
El Baño Árabe es la Terma Romana que evoluciona desde el Hammam hasta convertirse en un fenómeno único que solo se da en la Península Ibérica y que combina los avances arquitectónicos de los romanos con la exquisita decoración árabe.
El Hammam árabe evoluciona hasta convertirse en Baño Árabe manteniendo el frigidarium o piscina de agua fría, el tepidarium o piscina templada y el caldarium o piscina caliente de las Termas Romanas.
Los Romanos conocían la teoría de los vasos comunicantes y el trasvase de agua a grandes distancias, lo que les permitía canalizarla y calentarla mediante el sistema de hipocaustum. Los árabes se beneficiaron de ello en España y le aplicaron una exquisita decoración.